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Bienvenida al Instituto Benjamenta de Patafísica

Hace ahora dos años se me ocurrió que sería bueno crear un grupo dentro de otro. El grupo general era el que había en nuestro ámbito de trabajo; el grupo creado se denominó Instituto Benjamenta de Patafísica. Aura, Odradek y yo mismo, Líder Menard, nos pusimos a la tarea de hacer nuestra vida más jubilosa. Jugamos con las palabras y mantuvimos reuniones secretas, aunque siempre en público, para divertirnos. En ese cauce encontramos la posibilidad de abrir nuevos caminos para nuestras emociones, complicidades, etc.

Ahora me doy cuenta de que hicimos lo que hacen normalmente los compañeros de trabajo, crear rumores, compartirlos, dejarse ver como parte de un grupo. La diferencia, y me parece importante, es que el contenido de nuestros mensajes no tenían que ver con casi ningún aspecto -al menos no directamente- de nuestro ambiente de trabajo, familiar, etc. Dejamos que una personalidad inventada nos suplantara y así le dimos un sentido más profundo a nuestra existencia. Pensamos en una red mundial Benjamenta ya instituida y buscamos al líder de cada sección en el país que visitábamos. Pensamos en miembros del Instituto Benjamenta que no hubieran nacido o que ya hubieran muerto y así nos insertamos en el mundo. El tiempo ha pasado y el Instituto parece dormido, latiendo entre nuevas responsabilidades y proyectos.

De aquella alegría guardo una memoria que no me gustaría perder. Abro este cuaderno público para mostrar cómo las palabras sin propósito y sin secreto pueden hacer mejor nuestra vida. Jugar e imaginar, seguir unas reglas inventadas y por eso muy rígidas. Pienso escribir por escribir, ésa fue la consigna según yo la entendí del Instituto Benjamenta, y dejar que en esa perorata vaya desvelándose una verdad que no podrá ser contrastada y, por eso, que no podrá ser vencida, la verdad de dejar que pase el tiempo y otras voces puedan incorporarse para que el tiempo pase.

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