Un no-ser frágil.
Mi no ser es un no ser porque deja que el otro venga y se plante aquí, en medio de mí: el problema es que en medio de mí no es ningún lugar y quien quiere adentrarse y extraer mi secreto sólo se topa consigo mismo reflejado. Soy el umbral sin exterior ni interior, el zaguán de un Hospital de Incurables porque no se puede curar lo que no tiene cuerpo. Copio, imito, mimetizo al otro si es necesario y me plego a lo que lanza de sí. No me siento privilegiado, no soy el centro de una recepción única porque, a buen seguro, lo que el otro deja ver es la copia diferida de un tercero.
Así siento la cercanía y una proximidad que me embelesan. Me veo en el otro poderoso y con rencor, y la inercia me dura hasta que topo con uno nuevo y entonces me doy cuenta de que me repito, que sólo soy el juego de repetir, de tal modo que soy el hueco donde todo encaja, como una virgen o una madre o la madre más virgen de todas. No tengo más que la repetición.
Un día me enamoro o hago un gran amigo. Pienso que he encontrado un alma gemela. Pasada la pasión inicial que todo lo ciega me percato de que lo que he encontrado es un espejo situado en la dirección complementaria a la mía.
Nuestro amor no es nuestro, es el lugar donde personas que no se conocen se aman porque ambos somos el cruce de caminos de otros.
Edelmiro Cifuentes.
Hospedero mayor de la Estancia Benjamenta (poetas, solteros y descarriados)
Oficiante principal de la Iglesia Constantina auténtica
Decano del Instituto Barbazul
Secretario del Salón Cortesano de virtudes y oprobios Francisco de Quevedo
1 comentario
Segismundo -
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
PROVERBIOS Y CANTARES - XXIX, ANTONIO MACHADO.