Blogia
cuadernosbenjamenta

Diario de París, 9 de julio de 2007

Hoy conferencia. Unas doscientas personas sentadas cabalmente en sus sitios. Tres de la tarde. Fuera de la sala una tormenta legendaria. Truenos, el cielo oscuro y una lluvia torrencial que prometía lavarlo todo.

El saber está hecho de hallazgos sin importancia que se van acumulando. Explico mi conferencia antes que leerla y recibo una cierta vibración del público que asiste. El tema: Retórica y Poética en los siglos de Oro. El resultado, lo de siempre. Se me enfadan los viejecitos y se entusiasman algunos jóvenes.

En resumen, afirmo que hemos leído mal la poética, que en el Siglo de Oro la leyeron mal por causa de una tradición que pesaba mucho y por causa de una traducción que tampoco daba para mucho más. Detrás de mí interviene una mujer de la universidad de Sevilla, vestida de señora universitaria, de plaza fija y currículum aditivo —nunca adictivo—; su planteamiento, exponernos la Poética de Antonio Lulio. La Poética que expone es una Retórica apenas disimulada, llena de tópicos y lugares comunes. En su cerebro algo le dice que lo que yo he dicho pone en cuestión o deja pensar lo que ella expone con ingenuidad. Hace referencia de pasada a mi exposición pero sigue adelante, pensar, eso no, nunca más.

Así se van desgranando las dos ponencias restantes y yo me voy dejando caer en mi sillón y me retiro sin saludar cuando termina la sesión. Cuatro antiguas alumnas del TEC, que han estado en la conferencia, vienen a saludarme y se indignan un poco al notar que todo el mundo se dio por aludido con mi intervención pero que luego las cosas siguieron como estaban. Les reconozco el hecho pero poco más. Por mí la filología y sus historiadores pueden tirarse al Sena, les mearía desde el puente más alto para asegurarme de que se ahogan.

El paseo de vuelta al hotel, algo más de una hora, ya sin tormenta y con ese cielo limpio que deja el paso de los meteoros, me devuelve a esta ciudad monumental y grandiosa donde pienso refocilarme durante lo que queda de la semana.

 

0 comentarios