Silogismo del bien y de las mujeres
Premisa 1: Dña Isabel conoció el amor puro de D. Juan. Sin saber quién era.
Premisa 1: Inés. Conoció el amor itinerante de D. Juan.
Premisa 1: Dña Ana. Conoció el amor tenaz de D. Juan.
Premisa 2: Cuando vio que D. Juan había huido de su lecho para salvar su vida, Dña Isabel corrió tras él acumulando escritura y memoria de sus agravios. Le exigió su amor como cortesano puesto que ella era de familia noble. Pidió el amor como quien solicita que le sea reconocido un título. Pidió honor en vez de amor cuando supo que el amor de D. Juan se daba a cualquier mujer, como la justicia.
Premisa 2: Inés siguió a D. Juan cuando éste huía de las garras de los súbditos de Dña Isabel. Dejó a un mozo noble y sano con quien tenía amores por atrapar a D. Juan. Se conoce que lo cercano y simple le pareció evidente y D. Juan que se lo había dicho todo, no obstante, un misterio.
Premisa 2: Por causa del amor a Dña Ana y por haberla abandonado, D. Juan hubo de batirse en duelo con su padre de uno de cuyos lances terminó el Comendador malherido y a la postre muerto.
Dña Ana perdonó a D. Juan porque sabía (así lo dijo) que D. Juan lo había hecho por amor.
Conclusión: ¿Cómo poder amar, siquiera un ápice, a una mujer que sería capaz de olvidar a su padre muerto, de traicionar un amor puro y de exigir el amor verdadero por un contrato con la tradición?
Corolario: Todas, sin excepción, pensaron que, a la vez, respondían a la justicia universal y proporcionaban un bien al mundo que éste no percibiría y un bien a D. Juan que éste no había comprendido pero que, con el paso del tiempo entendería y defendería como su única propiedad valiosa.
Consejo: Ningún hombre está obligado (ni siquiera concernido) por la inquina de un bien para cuya estimación es preciso dejar de ser hombre y convertirse en rata.
2 comentarios
Odradek -
Somos -seamos- espantapájaros mecidos por el viento.
Segismundo -
Las Ratas, Miguel Delibes.